martes, 24 de julio de 2007

RAZAS DE PERROS CÁPITULO VIII

GALGO ESPAÑOL

  • Origen: España

  • Historia: A pesar de que su aparición en la Península es aún anterior, lo cierto es que existe constancia de su existencia desde la época de los romamos, en la Edad Antigua.
    Desciende de los antiguos lebreles asiáticos, si bien ha experimentado diversos cambios con el fin de adaptarse de la mejor forma a las estepas y llanuras.
    Desde siempre ha sido muy apreciado fuera de nuestras fronteras, por lo que ha sido ampliamente exportado, sobre todo a países como Inglaterra o Irlanda (sobre todo durante los siglos XVI, XVII y XVIII)

  • Características físicas:

    • Tamaño hasta la cruz: de 62 a 70 cm. (hembras de 60 a 68 cm)
    • Esqueleto compacto.
    • Cabeza larga y estrecha.
    • Hocico largo, de perfil subconvexo.
    • Ojos pequeños, oblicuos, almendarados; de color oscuro o avellanados.
    • Cuello alargado, esbelto y fuerte.
    • Cola larga.
    • Tren trasero bien aplomado y musculado.
    • Extremidades finas y alargadas pero de gran fuerza.
    • Pelo fino y corto o duro y semilargo.
    • Color: varios. Se consideran los más típicos y por orden de preferencia los siguientes: Barcinos y atigrados más o menos oscuros y de buenas pigmentaciones. Negros. Barquillos oscuros y claros. Canelas. Amarillos. Rojos. Blancos. Berrendos y píos.
  • Carácter: Si tuviéramos que destacar dos aspectos en el carácter del galgo, éstos serían su obediencia y su serenidad.
    Una vez que el amo se ha ganado su confianza (algo que en principio puede resultar algo difícil), le seguirá fiel para siempre.
    De primeras el galgo puede parecer serio e introvertido. A todo esto se suma su capacidad de trabajo y su enorme tesón por conseguir agradar al amo.

  • Utilización: Decía el Arcipreste de Hita: �A la liebre que sale, luego, le echa la galga�; una cita que muestra de la forma más clara, el valor que esta raza ha tenido siempre para la caza.
    Y dentro de las múltiples modalidades, el galgo destaca sin lugar a dudas, en la caza de liebres a la carrera, una actividad que proporciona excelentes momentos cinegéticos, auténticas carreras de velocidad entre dos razas hechas para correr: el galgo y la liebre.
    Lejos del aspecto cinegético, también se les utiliza para el cuidado de casas y para las carreras.

  • Piezas de caza: Por encima de todas, la liebre, para cuya caza se sirve de su rápida carrera y de su agudeza visual.
    Igualmente ha sido empleado y puede acosar otras piezas de pelo como conejos, zorros e incluso jabalíes.

  • Forma de cazar: La caza de la liebre con galgo es la experiencia cinegética en estado puroo. Un espectáculo único en el que la finalidad última no es la muerte de la pieza, sino el placer de disfrutar con unos momentos que únicamente una raza como el galgo puede proporcionar a un cazador.
    La acción de caza se realiza de la siguiente forma: un grupo de varios cazadores (dos o tres), montados en sus respectivos caballos, tratarán de seguir la carrera que perseguidores y perseguidos (galgos y liebres) mantendrán a todo galope. Mientras, el resto de los cazadores barrerán el terreno para intentar levantar a la rabona de su encame.
    La liebre realizará mil y un quiebros, intentando evitar el acoso de sus perseguidores, lo que conlleva cientos de diferentes situaciones, cada una de las cuales supone la posibilidad de vivir un momento único de caza.
    El buen galgo seguirá a la pieza sorteando obstáculos y analizando sus pasos, aprendiendo de cada liebre para que la siguiente muestre menos resistencia. De aquí radica la gran diferencia de un galgo cazador a otro de pista, puesto que el primero nunca se dejará cegar por el ímpetu de la carrera, teniendo siempre perfectamente claro que su objetivo es la captura de la liebre.
    Esta modalidad de caza es una de las más bellas y respetuosas con el medio de las que podemos disfrutar; no se sueltan más que dos galgos por cada liebre, puesto que el objetivo es poder disfrutar con la caza y no el conseguir el mayor número de liebres posible. Sin lugar a dudas una experiencia única y recomendable.

  • Nota: Si va a educar a un galgo español deberá armarse de compresión y de cariño, puesto que en principio pueden resultar algo reacios.
    Tenga en cuenta que necesita realizar ejercicio, por lo que lo más adecuado es proporcionarle un lugar donde pueda disponer de espacio suficiente para correr.
    En cuanto a los cuidados específicos de su pelo, precisará de pocos ya que éste es muy corto, apretado y bastante duro, por lo que no precisa de un aseo especial.

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